Las enfermedades crónicas y complejas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, enfermedades pulmonares crónicas y cáncer, representan un desafío significativo para la salud pública debido a su prevalencia y el costo asociado a su manejo. Estas condiciones requieren una atención continua y pueden llevar a un uso extensivo de medicamentos y otros tratamientos costosos.