Nací en Euskal Herria, entre las montañas y el mar. Estudié Enfermería en la Universidad de Navarra y me dediqué a esta labor durante 15 años en mi tierra natal. Trabajé en Geriátricos de la Fundación Matía del 2003 al 2005, en el Hospital Universitario Donostia del 2004 al 2009 y en Centros de Salud de Osakidetza, Servicio Vasco de Salud, del 2009 al 2015. En este periodo, también fui familiar de “paciente” durante 7 años. Fue una formación “extra-oficial”, de esas que la vida te presenta a veces, y de las que se puede aprender mucho depende como lo mires.
Las ganas y la necesidad vital de ampliar el enfoque con el que se aborda el proceso de salud-enfermedad en la institución, me llevaron a Barcelona a colaborar con Unimed. La propuesta de enriquecer la mirada y asumir la complejidad que estar viva supone me pareció lo más coherente que había escuchado hasta entonces, tanto en relación a mi labor profesional como esencialmente, a nivel personal y humano. Incluir las ciencias de la complejidad y el pensamiento complejo en la práctica sanitaria y en la vida misma era algo que, sin ponerle ese nombre en concreto, había estado buscando durante mucho tiempo.
Estudié Salud Pública con la Universidad Europea de Canarias, Salud Mental Colectiva en la Universidad Rovira i Virgili. Colaboré con grupos de Autogestión de la Salud y la Escola Popular de Economía Feminista. Trabajé en Medcan, centro de información y orientación sobre el uso terapéutico del cannabis. Recientemente, he finalizado el curso de Asesora Experta en duelo y pérdidas en el ciclo de la Vida, a cargo del IPIR y la formación de Teatro Sistémico-Escuela para la facilitación y transformación del conflicto. La indagación de lo personal en lo colectivo y viceversa, es una constante que mantiene viva mi curiosidad y alimenta mis ganas de participar de este juego tan íntimo como social y cósmico.
El cuerpo-movimiento como expresión de lo que soy en cada momento, la Naturaleza y el proceso creativo son los recursos en los que me he ido apoyando todo este tiempo. Son lenguajes que me aproximan a lo que podría llamar “mi verdad”, mi voz junto a la voz del Misterio. Así como en las relaciones con todo y todxs lxs que me rodean. Estas son las mejores fuentes de (des)aprendizaje y nutrición que conozco. Agradecida, sigo viajando en, por y para la Vida.